La industria minera global continúa enfrentando una encrucijada tecnológica en los sistemas de perforación: por un lado, los triconos de rodamiento abierto siguen siendo una alternativa económica y robustecida para formaciones altamente abrasivas; por otro, los triconos de rodamiento sellado emergen como la solución clave cuando las condiciones adversas —agua, fracturamiento, polvo abrasivo— impactan duramente la productividad y los costos por metro perforado.
Triconos de rodamiento abierto – el caballo de batalla
En operaciones de minería a tajo abierto, especialmente en macizos rocosos duros y abrasivos, la demanda por máxima velocidad de penetración (ROP) y por vida útil prolongada de la herramienta sigue empujando al uso de los triconos de rodamiento abierto. Empresas proveedoras señalan que sus versiones diseñadas para roca dura disponen de “faldón especialmente diseñado para evacuar rápidamente detrito, rodamientos abiertos de alto desempeño, tratamiento de carburo y una geometría que soporta alto pull-down”.
Estas herramientas tienen la ventaja de menores costos iniciales frente a variantes selladas, y resultan particularmente competitivas cuando la tasa de desgaste de la estructura de corte es el factor limitante, más que la vida del cojinete. Estudios recientes señalan que la broca tricónica representa aproximadamente un 8,33 % del costo total de perforación en ciertos escenarios de rajo abierto, lo que subraya la importancia de optimizar su rendimiento.
No obstante, el reto radica en las condiciones cada vez más agresivas del macizo rocoso — mayor abrasividad, circulación de aire insuficiente, agua freática — que exigen cambios más frecuentes de pieza, mayores tiempos de parada y mayores costos logísticos. En este contexto, el rendimiento de los rodamientos abiertos queda comprometido: la lubricación puede contaminarse, las temperaturas subir y los fallos prematuros aparecer.
Triconos de rodamiento sellado – la apuesta por mayor robustez
En el otro extremo del espectro operativo, los triconos con rodamientos sellados entran en escena como la alternativa de alto desempeño para ambientes más hostiles o contratos de perforación por metro (CPM) donde el cambio frecuente de broca resulta costoso. Por ejemplo, la línea Omega S de Epiroc menciona que un tricono con cojinetes sellados “puede incrementar hasta un 30 % los metros perforados” frente a un modelo estándar de rodamientos abiertos, especialmente en formaciones húmedas o fracturadas.
¿Qué aporta concretamente esta tecnología? Los sellos (por ejemplo de HNBR) permiten mantener vacío sobre los rodamientos y evitar la entrada de contaminantes; cuando el sello se compromete, se activa un flujo de aire de enfriamiento que transforma virtualmente el tricono en un rodamiento abierto controlado, prolongando su vida útil. La estructura de corte, la evacuación de detrito, la geometría de los conos y el tratamiento superficial del carburo convergen para dar un salto significativo en el rendimiento frente al estándar.
En términos prácticos para la minería chilena y latinoamericana, esto significa que en proyectos remotos, con logística complicada o gran presencia de agua subterránea, invertir un mayor precio unitario en la broca puede traducirse en mayor productividad, menor downtime, menos cambios de herramienta y, por lo tanto, menor costo final por metro perforado.